EL NO PLAN DE CULTURA, Córdoba

La ciudad que se jactó históricamente de ser no solo la Docta de la Argentina, sino la fragua cultural donde confluenciaban tonadas, costumbres y representantes culturales de todo el país; desde hace mas de un año ha perdido ese espacio tan intangible como valioso por la ineptitud y la cobardía de las autoridades municipales.
El temor ha perder votos le ha ganado a la real preocupación de preservar las vidas de los espectadores y con el todos estamos de acuerdo.
El temor al “efecto Ibarra” –y no al de Cromañón- ha sido, sin dudas, el factor determinante para que los músicos folklóricos nos veamos imposibilitados de exponer propuestas artísticas propias e independientes, no solo con la importancia que eso solo ya implica sino con la trascendencia que tiene para un artista la obtención de recursos para vivir y trabajar de y por eso.
Ni desde la Dirección de Espectáculos Públicos ni desde la Dirección de Cultura, se han preocupado en crear un programa adecuado para que un medio como el folklórico -que no tiene la estructura empresarial que si tienen por ejemplo el cuarteto y el rock- pueda tener espacio para la expresión.
Los clubes o salones que habitualmente se usaban para recitales o peñas han sido permanentemente asediados con requerimientos y condiciones edilicias que dichas instituciones se vieron en difíciles situaciones de solventar individualmente.
El plan ha sido el no plan.
Y eso llama la atención más aún, cuando el partido de Luis Juez está enrolado en un movimiento autoproclamado progresista y supuestamente comprometido con el arte y su difusión.
Espectáculos Públicos solo fue un celoso ojo inquisidor y obediente colocador de fajas de clausura.Por otra parte, y la más preocupante, la Dirección de Cultura solo ha sido en esta historia un mero gestor de eventos – y casi siempre apuntados a grandes y mediáticas presentaciones- y un simple administrador –burócrata y funcional- en lo que pretendió ser alguna vez la Capital Cultural del MERCOSUR

CARLOS RIVERO